La siniestralidad sigue siendo muy elevada. |
El informe refleja cómo aún ocho de cada diez autónomos no tienen
cubiertas las contingencias profesionales, por lo que “si extrapolamos
estos datos al resto de autónomos que no tienen las contingencias
profesionales cubiertas, la siniestralidad en el colectivo sigue siendo
muy elevada”, señala José Luís Perea, director del área de prevención de
riesgos laborales de ATA.
El informe elaborado por ATA incluye los datos de siniestralidad
del colectivo según las comunidades autónomas. Para ello, se ha
utilizado el denominado “índice de incidencia”, que mide la
siniestralidad en función de los autónomos con los que cuenta dicha
región cotizando por contingencias profesionales. Así, las comunidades
autónomas de Asturias, Cantabria y Castilla la Mancha fueron las que
sufrieron mayor siniestralidad del colectivo de autónomos a lo largo de
2013. En el otro extremo, las comunidades en las que se dio una menor
siniestralidad en 2013, teniendo en cuenta el número de accidentes y el
total de autónomos, fueron la Comunidad de Madrid, Región de Murcia e
Islas Canarias.
Hay que tener en cuenta que cuando se utilizan los números
absolutos, se indica el número de accidentes acaecidos en lo autónomos
con la contingencia profesional cubierta, no haciéndose una valoración
con el resto de autónomos que tienen la contingencia profesional
cubierta y que no han sufrido un accidente laboral. Por ello pueden
aparecer comunidades autónomas, como la de Madrid, que presentan a
simple vista muchos accidentes, pero si estos mismos los relacionamos
con todos los autónomos que tienen cubierta la contingencia profesional
en esa comunidad, no es tal.
Si analizamos los datos de siniestralidad en valores absolutos,
atendiendo al sector de actividad donde se produjeron, así como la
gravedad de los mismos, cabe destacar que construcción y agricultura
concentraron seis de cada diez accidentes mortales. En cuanto a los
datos de los accidentes de trabajo de los autónomos atendiendo a la edad
y diferenciando por género, resulta enormemente llamativo el hecho de
que una de cada dos, el 54%, de las mujeres que sufrieron un accidente
de trabajo en 2013, y que tenían cubiertas las contingencias por
accidente, eran mujeres mayores de 45 años.
Por último, el informe elaborado por ATA con la colaboración de
Mutua Universal analiza el perfil de autónomo que sufre accidentes de
trabajo. La mayor siniestralidad de los autónomos recae en hombres de
edad comprendida entre los 35 y 44 años que trabajan en el sector de la
construcción. El diagnóstico de los accidentes es de grado leve y
producido por esguinces y torceduras mayoritariamente en la pierna
incluida rodilla. La forma más habitual son los sobreesfuerzos y los
golpes resultado de una caída, perteneciente a la actividad física
específica de “andar, correr, subir, etcétera”.
“La siniestralidad en los autónomos sigue siendo muy elevada. La
prevención de los riesgos en el trabajo es una gran asignatura
pendiente. Es necesario que se frene la elevada siniestralidad en los
autónomos y se cree una conciencia preventiva. De nada sirve festejar el
día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo, si el resto
del año no se llevan a cabo medidas eficaces para prevenir la
siniestralidad.”, señala José Luís Perea, responsable del área de
prevención de riesgos laborales de ATA.
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