Cuando dejas de ser de empleado y comienzas a emprender después de los 40 años, estás habituado a realizar las tareas de tal forma que controlas cómo hacerlo y los resultados que vas a obtener. Es decir, cuando haces A para obtener B normalmente ese es el resultado o al menos se le parece bastante.
Cuando empiezas un nuevo proyecto, la incertidumbre es una constante en el día a día. Por lo tanto, te mueves en términos de probabilidades porque no hay nada que te garantice el resultado que esperas al 100%.
De hecho, las variables que intervienen a la hora de conseguir resultados son numerosas:
- Tu manera de pensar, que a su vez determina lo que proyectas en los demás.
- Tu posicionamiento estratégico.
- Tu comunicación
- Cómo te mueves y dónde.
- El mercado.
Salvo el mercado, todas las demás dependen de uno mismo y puesto que son “variables” significa eso, que “varían”. Y es precisamente que en función del mercado, a veces hay que cambiarlas y adaptarlas a la nueva situación. Dicho de otra manera, nada es inmutable, todo puede cambiar en cuestión de meses o semanas por lo que la clave de todo está en la resistencia que tengas al cambio.
Y es que esa resistencia al cambio precisamente es lo que muchas veces impide el despegue de cualquier negocio o simplemente desatascar una situación que en un momento dado no nos es favorable.
Muchas veces no nos damos ni cuenta que estamos estancados en algo que no avanza o que no nos lleva a ninguna parte. Otras veces, tampoco lo queremos ver. Realmente, no es tan fácil saber qué hacer cuando estás bloqueado y lo más beneficioso en estas situaciones es conocer por qué razones esto sucede. Así pues, vamos a detallar 3 razones o conclusiones que te ayuden a afrontar el cambio al que te resistes.
1. No estás alineado
Estar alineado significa que estás en tu centro, es decir, que realmente estás donde quieres estar haciendo lo que quieres hacer y que mejor se te da y además lo haces según tus valores. Pregúntate a ti mismo, ¿qué hay más allá de mí y de lo que estoy haciendo?
Una buena parte de los bloqueos que tenemos vienen porque hacemos lo que nos dicen los demás -dinámica del empleado- que tenemos que hacer sin acompañar esa escucha de la de escucharnos a nosotros mismos y a lo que sentimos. Esto tiene mucho que ver con tu intuición y ésta habla a través de tu cuerpo al que, desgraciadamente, muy pocas veces hacemos caso.
Cuando no estás alineado el cuerpo te lo dice, porque no te sientes bien, pueden aparecer pequeñas lesiones o achaques incluso. El síntoma más evidente es que no quieres hacer lo que sabes que tienes que hacer, tiendes a no moverte y cada vez haces menos y menos quieres hacer.
Todos procrastinamos de vez en cuando, pero cuando esa procrastinación es prácticamente constante y con un determinado tipo de tareas entonces es que no estás alineado y eres un manojo de miedos que te impiden avanzar. Eso es un claro síntoma de que hay una resistencia al cambio que no te permite despegar como quieres.
2. No te estás mostrando
El mismo miedo que te impide avanzar, impide también mostrarte con seguridad y hace que te ocultes y te quedes en la cueva sin darte cuenta, es decir, en tu zona de confort. La consecuencia es que no se te ve donde se te tiene que ver, es decir, donde realmente puedes brillar y estar en tu salsa.
Esto pasa muchas veces con los modelos de negocio. Te han dicho que tal modelo de negocio es el que funciona y no te has parado a pensar si realmente ese modelo de negocio está alineado contigo. Es decir, si tus cualidades, habilidades, capacidades son las idóneas para desarrollar ese modelo de negocio. Dicho de otra manera, un modelo de negocio es una especie de traje y como tal te tiene que venir como anillo al dedo y tienes que sentirte cómodo con él puesto.
Otra cosa es que necesites un período de aprendizaje que al principio te resulte un poco incómodo. Por ejemplo, en los negocios online siempre hay que aprender una serie de aspectos relacionados con la tecnología que suele ser algo pesado, pero digamos que no te importa aprender porque si hay algo que te apasione es escribir en un blog.
Pero si escribir no te gusta, no se te da bien, a lo mejor te tienes que plantear si esa es la manera en la que quieres mostrarte a tu público y como más les puedes aportar. Si no es así, tendrás que buscar otra forma, otro vehículo a través del cual mostrar lo mejor de ti.
3. Te empeñas en vez de perseverar
Me ha pasado muchas veces, elegir un camino o estrategia sin analizarla muy bien y empeñarme en que es la correcta y seguir machacando, aunque yo lo veo como que persevero y como para emprender hay que perseverar pues ya está y tan ricamente.
Elegir una estrategia o camino sin analizarla correctamente es el equivalente a darse con la cabeza contra la pared para pasar a una estancia cuando tienes la puerta al lado y tienes la llave para abrirla o si me apuras hasta la puerta está abierta pero
ni te has parado a mirar.
De aquí se sale sólo de una manera: tomando distancia, mirando los resultados, y viendo lo que te ha funcionado y lo que no y a partir de ahí tomar decisiones que te lleven por un camino diferente o el mismo pero con algunos pequeños ajustes, eso sí, imprescindibles por otra parte.
Conclusión
Cuando tu negocio esté estancado primero mira bien si estás haciendo lo que tienes que hacer y si no lo estás haciendo, pregúntate por qué no lo haces. Muchas veces en tu interior es donde están muchas de las claves de lo que nos sucede y un cambio de actitud puede suponer una auténtica revolución que te catapulte al lugar donde realmente quieres estar.