El impuesto europeo sobre las transacciones financieras, la llamada 'tasa Tobin', entrará en vigor el 1 de enero del 2016. Así lo han acordado este martes en Bruselas los ministros de Economía de los 10 estados de la UE que aplicarán conjuntamente el impuesto, entre los cuales se encuentra España. Del grupo se ha retirado Eslovenia, en plena crisis política. Los 10 estados han llegado a un acuerdo político que, según el ministro español Luis de Guindos, es "prudente" porque quiere "evitar distorsiones" como desviaciones de los flujos de capitales hacia los estados donde no se aplique la tasa. De Guindos ha dicho que quieren "conseguir la máxima recaudación con la mínima distorsión".
El objetivo inicial de los estados impulsores de la iniciativa era aplicar la tasa Tobin a partir del año próximo 2015, pero finalmente parece que se tendrá que retrasar al menos hasta 2016. Este retraso en el calendario implica que la recaudación del tributo, que se calcula que sería de unos 600 millones de euros en España, no estará disponible por las arcas estatales el próximo año, a pesar de que el Gobierno español ya lo había incluido en sus planes.
De Guindos ha advertido que el retraso no implica ningún cambio para su ministerio. "No trastoca absolutamente nada", ha defendido el ministro. De Guindos ha descartado que Madrid pueda aplicar el impuesto antes de la aprobación definitiva de la directiva europea que lo tiene que definir. "Esperaremos que la directiva esté plenamente en vigor", ha dicho.
El impuesto, que tiene el apoyo de España, Alemania, Francia, Austria, Bélgica, Portugal, Grecia, Eslovaquia, Italia y Estonia, prevé grabar en fases activos financieros como acciones u otros derivados. El objetivo es que se aplique en un 0,1% a las transacciones de acciones y bonos, y en un 0,01% a los derivados. La iniciativa cuenta con la fuerte oposición de países como el Reino Unido, muy dependiente de la industria financiera. El ministro de Economía británico, George Osborne, ha alertado que el impuesto podría perjudicar su economía y el mercado interior, y ha advertido que lo podrían recorrer.
El objetivo inicial de los estados impulsores de la iniciativa era aplicar la tasa Tobin a partir del año próximo 2015, pero finalmente parece que se tendrá que retrasar al menos hasta 2016. Este retraso en el calendario implica que la recaudación del tributo, que se calcula que sería de unos 600 millones de euros en España, no estará disponible por las arcas estatales el próximo año, a pesar de que el Gobierno español ya lo había incluido en sus planes.
De Guindos ha advertido que el retraso no implica ningún cambio para su ministerio. "No trastoca absolutamente nada", ha defendido el ministro. De Guindos ha descartado que Madrid pueda aplicar el impuesto antes de la aprobación definitiva de la directiva europea que lo tiene que definir. "Esperaremos que la directiva esté plenamente en vigor", ha dicho.
El impuesto, que tiene el apoyo de España, Alemania, Francia, Austria, Bélgica, Portugal, Grecia, Eslovaquia, Italia y Estonia, prevé grabar en fases activos financieros como acciones u otros derivados. El objetivo es que se aplique en un 0,1% a las transacciones de acciones y bonos, y en un 0,01% a los derivados. La iniciativa cuenta con la fuerte oposición de países como el Reino Unido, muy dependiente de la industria financiera. El ministro de Economía británico, George Osborne, ha alertado que el impuesto podría perjudicar su economía y el mercado interior, y ha advertido que lo podrían recorrer.
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