La solvencia es básica en el primer año de funcionamiento. |
Infoautónomos hace una detallada relación de esta cartera de ayudas, préstamos, particulares, bancos, microcréditos, leasing y renting.
Los préstamos o socios particulares, lo que los anglosajones denominan Family, fools and friends, consiste en buscar el apoyo financiero de algún conocido o repartir el riesgo entre varios inversores.
Respecto a la financiación bancaria, pueden solicitarse préstamos a medio y largo plazo, pólizas de crédito, líneas de descuento y préstamos hipotecarios. Sin olvidar que casi todas las entidades financieras cuentan con líneas específicas para autónomos.
Para créditos a largo plazo, es requisito un aval, la negociación de un plazo de carencia del pago del primer año, período más delicado en cuanto a la consolidación y continuidad del proyecto. Pueden valorarse también las líneas crediticias concedidas desde el Instituto de Crédito Oficial (ICO).
Los microcréditos son préstamos de hasta 25.000 euros o menos para aquellos emprendedores que puedan demostrar que no cuentan con avalistas.
Las ayudas y subvenciones siempre son muy llamativas, pero no fáciles de conseguir. Las más importantes para los autónomos son las destinadas a desempleados que pueden acogerse al pago único de hasta el 60 por ciento de la prestación por desempleo y el resto en cotizaciones a la seguridad social. Ayudas para la promoción del empleo autónomo de 5.000 a 10.000 euros a fondo perdido. Ayudas a la inversión que proceden de las Comunidades Autónomas de entre el 15 y el 50 por ciento de la inversión a realizar, y ayudas para la contratación de trabajadores.
Para la adquisición de bienes de inversión conocidas son las fórmulas de leasing, renting o el crédito a proveedores que es la compra a plazos.
También pueden financiarse las facturas pendientes de pago con el confirming o el factoring.
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