Tras el acuerdo entre los responsables de la Seguridad Social y los representantes de la patronal y los sindicatos, los trabajadores que habían sido despedidos individualmente antes del 1 de abril de 2013 y que actualmente cotizaban pagando las cuotas a la Seguridad Social de su bolsillo podrán acceder a la jubilación a los 61 años hasta el 1 de enero de 2019.
La jubilación anticipada será con las condiciones existentes antes de la reforma de pensiones del año 2011. Por lo tanto, estos trabajadores necesitarán tener un mínimo de 30 años cotizados y aceptar los coeficientes reductores anuales tipificados, los cuales, en el peor de los casos suponían la pérdida de un 8% anual y en el mejor de los casos, un 6% anual.
El Ministerio de Empleo y Seguridad Social actuará de oficio sobre unos 1.500 expedientes afectados a los cuales se les había denegado la pensión en función del antiguo criterio interpretativo que ahora se ha modificado. En total podrán beneficiarse de esta medida unos 30.000 futuros jubilados.
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